El secreto de McLaren reside en los neumáticos


McLaren dominó en Australia gracias, en parte, a una gestión de neumáticos excepcional. Los rivales buscan entender el secreto del MCL39

Los rivales están perplejos ante la contundente victoria de Norris y el aparente “truco” técnico del MCL39


El Gran Premio de Australia dejó un claro protagonista: McLaren. Con una victoria aplastante de Lando Norris y un doblete frustrado únicamente por la aparición del Safety Car, el equipo de Woking ha exhibido un rendimiento muy superior al de sus rivales. Según ha informado RacingNews365, la clave detrás del dominio del MCL39 radica en dos elementos técnicos cruciales: los innovadores tambores de freno delanteros y una gestión de neumáticos tan eficiente como desconcertante para los demás equipos, especialmente Red Bull.

El tambor de frenos puede ser la clave

Durante el fin de semana en Melbourne, los ojos más atentos detectaron una llamativa novedad técnica en el MCL39: los complejos canales de ventilación en el tambor interior de los frenos delanteros. Este componente, descrito como una auténtica proeza técnica de dinámica de fluidos, no solo está destinado a la refrigeración de los frenos, sino también diseñado meticulosamente para optimizar la aerodinámica alrededor de las ruedas delanteras.

Este tambor interior interactúa de manera excepcional con una geometría muy particular de la suspensión delantera, cuyo brazo superior ha sido desplazado considerablemente hacia atrás en su punto de montaje trasero. Rob Marshall, reconocido ingeniero llegado de Red Bull a principios de 2024, ha impulsado este concepto extremo de suspensión, buscando maximizar el rendimiento dinámico del coche. La barra de acoplamiento y el brazo oscilante inferior contribuyen adicionalmente a suavizar el rígido eje delantero, trabajando en perfecta sinergia con los mencionados conductos de freno para asegurar una gestión precisa del flujo de aire alrededor de las ruedas delanteras.

Horner no se cree nada

En invierno, Andrea Stella, jefe del equipo, ya había anticipado este revolucionario enfoque del MCL39:
“Veréis un McLaren innovador, con la esperanza de encontrar ese rendimiento que pueda hacer que la Fórmula 1 sea un poco más aburrida”.

Estas palabras sonaban entonces como una atrevida promesa; hoy, tras la carrera inaugural, suenan como una advertencia cumplida.

Por otra parte, la desconcertante superioridad de McLaren generó reacciones inmediatas en sus rivales. Christian Horner, jefe de equipo de Red Bull, admitió su confusión respecto al ritmo demoledor de McLaren:
“Es muy extraño cómo consiguen calentar bien los neumáticos sin sobrecalentarlos”.

Domino preocupante en Melbourne

Desde la clasificación del sábado, quedó claro que McLaren había alcanzado otro nivel. Norris aventajó en casi cuatro décimas al Red Bull de Verstappen, cinco décimas al Mercedes de Russell y casi siete al Ferrari de Leclerc. Para ponerlo en perspectiva, la temporada 2023 estuvo dominada de forma aplastante por Red Bull, pero la ventaja máxima en clasificación rara vez superó las dos décimas. Norris prácticamente duplicó ese margen en Melbourne.

En carrera, la ventaja fue incluso mayor. Tras solo 33 vueltas, Norris y Piastri ya gozaban de 18 segundos sobre Verstappen, 32 sobre Russell y 38 sobre Leclerc. La victoria podría haber sido aún más contundente de no ser por la aparición del Safety Car en dos ocasiones, que permitió a Verstappen acercarse repetidamente. Aun así, el ritmo medio fue cerca de medio segundo por vuelta más rápido que sus inmediatos perseguidores.

La gestión de neumáticos, el factor diferencial

La clave de la ventaja de McLaren en Australia parece encontrarse en su excepcional manejo de los neumáticos. El MCL39 fue el único coche que aprovechó al máximo los neumáticos más blandos (C5) durante la clasificación y los intermedios en carrera, sin sufrir sobrecalentamiento ni una caída significativa de rendimiento.

El año pasado, surgieron rumores sobre posibles técnicas dudosas por parte de McLaren para controlar las temperaturas de sus neumáticos. Entre ellas se habló del uso de agua dentro de los neumáticos, una sospecha rápidamente descartada por la FIA, y también de ciertos orificios en los tambores de freno para aumentar el flujo de aire alrededor de las ruedas y mantener bajas las temperaturas. Estas especulaciones han regresado con fuerza después de la carrera australiana.

Max Verstappen, intentando mantener el ritmo de Norris y Piastri, logró hacerlo durante 17 vueltas, hasta que sus neumáticos traseros colapsaron y comenzó a perder cerca de un segundo por vuelta. Por el contrario, McLaren mantuvo un rendimiento constante y dominante.

“Si se utilizan bien los neumáticos y los demás no tanto, las diferencias se amplían significativamente y son aún más sorprendentes en este ciclo reglamentario”, señaló un ingeniero a RacingNews365.

Bob Marshall, el Newey de los papaya

Andrea Stella destacó que el objetivo del equipo era claro desde la presentación del MCL39: mejorar sustancialmente la eficiencia aerodinámica en todas las condiciones y circuitos, así como optimizar la gestión de los neumáticos. El MCL39 representa una revisión radical del concepto anterior, con volúmenes reducidos en componentes clave, proporcionando a los ingenieros aerodinámicos una libertad nunca antes vista.

La incorporación de Rob Marshall desde Red Bull ha sido determinante para llevar estas innovaciones al límite. No es casualidad que Marshall fuese elegido como representante del equipo en el podio en Australia, confirmando el papel central del ingeniero en la transformación del monoplaza.


El dominio de McLaren en el GP de Australia no es casualidad, sino el resultado de una agresiva innovación técnica y una gestión de neumáticos envidiable. El reto ahora está en manos de sus rivales, obligados a descifrar rápidamente los secretos del MCL39 siempre y cuando la FIA lo permita.

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