¿Qué se discutirá mañana sobre los motores de 2026?


La Comisión de F1 debatirá mañana un cambio en los motores de 2026 que reduciría la parte eléctrica. Existe división entre los motoristas.

La Comisión de Fórmula 1 celebrará mañana una reunión clave en la que se pondrá sobre la mesa un ajuste técnico que podría tener grandes implicaciones para el reglamento de motores de 2026. Aunque la FIA lo presenta como una serie de “pequeños refinamientos”, la realidad es que la propuesta principal —reducir la potencia eléctrica en carrera de los 350 kW actuales a 200 kW— ha encendido el debate entre los fabricantes y amenaza con fracturar el consenso logrado hasta ahora.


El origen del debate

Durante la pasada reunión celebrada en Baréin entre la FIA y los fabricantes de unidades de potencia, se ratificó el reglamento de motores que fue aprobado originalmente en 2022. Se descartó cualquier posibilidad de un retorno anticipado a motores atmosféricos y se reiteró el compromiso con el marco técnico híbrido actual, centrado en el reparto 50/50 entre motor térmico y energía eléctrica.

¿Solo en algunos circuitos?

Sin embargo, como explica Motorsport Italia, se abrió la puerta a introducir algunas modificaciones que la Federación califica de refinamientos, pero que para varios actores clave representan cambios profundos. En concreto, el temor creciente es que los monoplazas de 2026, debido a la alta dependencia de la energía eléctrica, puedan quedarse sin carga a mitad de una vuelta en circuitos como Monza, Yeda, Bakú o Las Vegas, obligando a los pilotos a levantar el pie del acelerador de forma anticipada —el conocido “lift”— y arruinando el espectáculo en pista. Para estos, existiría un ‘Plan B’ que incluiría reducir la potencia eléctrica solo para estos circuitos. Esto solo es un rumor así que habrá que estar atentos a las próximas horas.

La solución: reducir la parte eléctrica

La propuesta que se presentará mañana consiste en limitar la potencia eléctrica disponible durante las carreras a 200 kW, manteniendo los 350 kW en clasificación. Esto cambiaría el equilibrio actual 50/50 entre energía térmica y eléctrica a un nuevo reparto de 65/35 durante los domingos. La lógica es sencilla: si se utiliza menos energía, se evita el agotamiento prematuro de la batería y se garantiza una entrega más constante de potencia.

También se contempla un plan alternativo: aplicar esta reducción solo en determinados circuitos especialmente sensibles a estos problemas, como los mencionados anteriormente.

División entre los motoristas

El debate se prevé tenso. Red Bull Powertrains y Ferrari están abiertos a considerar la modificación, mientras que Mercedes, Audi y Honda han expresado su rechazo frontal. Christian Horner, jefe de Red Bull, se mostró comprensivo con la medida:

“La FIA ha investigado esto. Lo que quieren evitar desesperadamente es que los pilotos levanten y se deslicen desde la mitad de la recta. No sería bueno para nuestro deporte y sería extremadamente frustrante para los pilotos. No es algo que hayamos impulsado, pero si la FIA lo propone por el bien del deporte, creo que debería ser apoyado.”

En cambio, Toto Wolff fue mucho más crítico. En declaraciones recogidas por Motorsport Italia, el jefe de Mercedes ironizó con dureza:

“Leer la agenda de la Comisión de F1 es casi tan hilarante como leer algunos comentarios en X sobre política estadounidense. Parece una broma. ¿Estamos seguros de que todo será tan diferente en 2026? Yo no lo estoy. Y al final, las reglas son iguales para todos. Ese es el aspecto fundamental.”

Audi y Honda, por su parte, también han mostrado su desacuerdo, insistiendo en que cualquier cambio en el reparto de potencia debería evaluarse con datos más sólidos y no con proyecciones aún inciertas.

Ferrari: la voz moderadora

Frederic Vasseur adoptó una postura más intermedia, reconociendo la complejidad del escenario y llamando a la transparencia en el debate:

“Tenemos que ser transparentes sobre esto y no discutir solo porque pensamos que tenemos una ventaja. Con el reparto 50/50 probablemente subestimamos sus consecuencias. El cambio de 2026 es enorme: chasis, motor, combustible y normativa deportiva, todo a la vez. El problema es que cuando empezamos a competir, la actitud cambia y eso perjudica al sistema.”

Una reunión clave con impacto en el futuro

La cita de mañana no será un simple trámite. Lo que se decida, o incluso lo que quede pendiente, marcará el rumbo inmediato del desarrollo de los motores de 2026. ¿Se aceptará modificar el reparto energético para garantizar más espectáculo en pista? ¿O se mantendrá la línea purista defendida por algunos fabricantes? La respuesta comenzará a tomar forma en una reunión que, pese a estar presentada como técnica, tiene una enorme carga política.

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