Crisis en Ferrari
Ante los malos resultados, Ferrari enfrenta una crisis previo a la nueva normativa y el futuro de Vasseur está bajo escrutinio.

En la Fórmula 1, el éxito se traduce en consagrarse campeones, solamente un equipo y un piloto lo pueden conseguir por temporada. La grandeza y el mérito de este éxito, recae en ser mejores que todos los demás competidores y hacer valer el trabajo de toda una institución a lo largo de un año, donde un pequeño error significa no lograrlo. Así como, la Fórmula 1 es a Ferrari lo que Ferrari es al éxito, tal como si fuesen sinónimos, cada vez más (especialmente el último símil) cae más en desuso, mientras Ferrari vive su declive y se sumerge en una espiral de embarazosa falta de resultados.
¿El fin de una era?

Mattia Binotto fue el señalado tras desaprovechar la ventaja inicial de Ferrari en la nueva era, dejando anécdotas que cuestionan la seriedad del equipo y una falta de resultados decepcionante. Entonces, Frédéric Vasseur (que hasta ese momento era el Team Principal de Sauber) relevó al italiano y dio comienzo a lo que se esperaba fuera el resurgir de Ferrari. Y de momento, no ha sido así.
John Elkann y Benedetto Vigna depositaron su confianza en este proyecto liderado por el hombre que era encargado de Alfa Romeo, con el fin de ser campeones en la era del efecto suelo un año antes de la nueva reglamentación. Pero, a juzgar por los resultados y rendimiento, parece que el sueño se ha convertido en una auténtica temporada de pesadilla para los tifosi y no solo en una decepción, sino en una crucial señal de alerta de cara al futuro.
Estos resultados, han sembrado la duda, sobre si el dirigente galo continuará al mando de la estructura, ya que en conjunto de esta etapa decepcionante se suma que su contrato que finaliza en 2025. Aunque puede ser que las negociaciones de renovación se lleven en el absoluto hermetismo, según observadores, Vasseur encara una etapa de “gran frialdad”, similar a la vivida por Binotto antes de su salida.
¿Causas más profundas?

Según informes de la prensa, Ferrari ha estado a la caza de nuevos y más ingenieros que sumar a su equipo, llevándose una sorpresa alarmante: no quieren mudarse a la escudería. Una señal bastante negativa, ante una necesidad por reforzar la estructura que cada vez muestra más y profundas grietas.
La preocupación recae en dos factores: el preocupante desarrollo del SF-25 y el nacimiento del coche de la nueva normativa. Siendo problemas que coexisten, y dependen de sí, en el pesimista estado de forma del equipo y que cada vez más, resolverlos se vuelve complejo.
El primer problema, es una clara señal de peligro en la estructura. Ya que ante el último año de la normativa, aún se encuentran con problemas para, no sólo construir un coche competitivo, (requisito básico para los de Maranello) sino tener una visión clara del coche y poder evolucionarlo de acuerdo a ella. Sumado a no tener claros los plazos para estas evoluciones, denotan su falta de ritmo para traer actualizaciones.
Frente a los malos resultados, desde la cúpula del equipo se pidieron cambios tras Imola y que se acalelerán las mejoras. Esto no ha pasado, y ha dejado ver algo más vergonzoso aún. Frente a los cambios en Barcelona, la dirección técnica esperaba que la mejor cara del SF-25 saliera a relucir, confiando en que. el cambio los alerones más rígidos, les jugara a favor; una ilusión que fue sepultada en el mismo fin de semana.
Del segundo problema, se puede intuir que las cosas no marchan como se planeaban y con suposiciones que indican que no destacan excesivamente en la nueva reglamentación, el proyecto no se ve demasiado esperanzador. Mientras más enfoque se dirija al primer problema, el nacimiento en la nueva normativa se complica más, pero sin poder solucionar el desastroso momento del SF-25, es casi inevitable el fracaso en 2026.
Dos visiones en busca de un objetivo

Posiblemente, decidir de darle el timón de la escudería a Vasseur fue un error. Pero tomar decisiones se ha vuelto extremadamente complicado en este momento, ya que existen diferentes visiones para lograr solucionar la situación, pero ninguna coexiste junto a la otra.
Frédéric Vasseur insiste, obstinadamente, en encontrar un potencial ‘oculto’ en el SF-25. Pese a que, ni el equipo técnico tenía claro el rendimiento del coche al depositar infructuosamente sus esperanzas en los cambios de Montmeló. En conjunto con el pésimo ritmo de actualizaciones y la cuenta atrás para la nueva normativa, de seguir esta visión y fracasar en el momento de introducir actualizaciones, el futuro de Vasseur pinta oscuro con los tifosi. ¿Y si funciona? Si funciona, podría salvar la temporada actual y de ocurrir un milagro, incluso competir por victorias. Pero los milagros no nacen sino se hacen y centrarse en 2025 en detrimento de la reglamentación de 2026 puede significar un golpe aún más fuerte para la escudería en el futuro próximo, pese a que solucionar los problemas de esta temporada sea casi un requisito obligatorio para tener éxito de cara a 2026.

Aún así, pilotos como Lewis Hamilton, prefieren dejar atrás este año y centrarse en la nueva normativa. ¿Qué puede significar esto? Básicamente el sacrificio de 2025 para enfocarse en la nueva reglamentación y lograr lo que no se pudo desde 2022. Una visión completamente sensata, pero que requiere de un compromiso que no sólo significa una dirección de desarrollo centrada en el coche nuevo, sino un sacrificio que se puede extender a miembros importantes dentro de Ferrari y la consagración del desastre absoluto en 2025.
Para John Elkann, quizá la sensación sea que ya es muy tarde para cambiar de liderazgo y que independientemente de la decisión sobre qué visión tomar, o si prescindir de Vasseur, el comienzo en la nueva era de la F1 ya está comprometido.
Tomar decisiones es cada vez más difícil, ya que es un momento sensible y de continuar bajo una visión equivocada, puede significar el hundimiento del equipo mientras la Fórmula 1 se llena de rivales más competitivos.