¿Otro dominio como el de Mercedes? La FIA mueve ficha para impedirlo
La Fórmula 1 se prepara para una revolución técnica en 2026 con la llegada de una nueva generación de unidades de potencia. La FIA tiene un objetivo claro: impedir que un solo fabricante vuelva a dominar el campeonato durante años, como ocurrió con Mercedes en la era híbrida iniciada en 2014.

Cambios internos y preocupación
Con el aumento del protagonismo eléctrico en las nuevas unidades de potencia, el temor a que se repita que un solo fabricante vuelva a dominar el campeonato durante años ha motivado a los responsables de la categoría a buscar soluciones. Desde hace meses, las discusiones internas han girado en torno a cómo evitar que un fabricante saque demasiada ventaja desde el inicio.
La creciente inquietud dentro del paddock se traduce en decisiones estratégicas de gran calado. Alpine, por ejemplo, ha confirmado que abandonará los motores Renault para asociarse con Mercedes. Audi, que se estrenará oficialmente como fabricante en 2026, ha llevado a cabo una importante reestructuración interna, en medio de rumores que apuntan a complicaciones en el desarrollo técnico.
En este escenario, la idea de implementar un sistema de compensación cobró fuerza durante una reunión decisiva. Gernot Döllner, CEO de Audi, intervino directamente para subrayar la importancia de establecer un mecanismo que ayude a los fabricantes con menos recorrido a acortar distancias frente a sus competidores más consolidados. Pese a ciertas reservas manifestadas por Mercedes, la mayoría de los asistentes mostró su apoyo a la iniciativa.
Sistema de compensación de motores
El principal reto ahora es cómo aplicar ese sistema sin violar el actual límite presupuestario. Nikolas Tombazis, director técnico de monoplazas en la FIA, explicó que antes los equipos podían invertir más para recuperar terreno, pero eso ya no es viable con el tope de gasto vigente. Por eso, se están diseñando medidas que ofrezcan más margen de desarrollo a quienes comiencen desde una posición desfavorable, sin recurrir a ayudas artificiales que alteren la competitividad.
“El objetivo no es distorsionar la competición, sino dar a los nuevos fabricantes la posibilidad real de ser competitivos, a pesar de no contar con la experiencia acumulada de marcas históricas”, señaló Tombazis. Recordó el caso de Honda, que tardó años y necesitó una enorme inversión para alcanzar a sus rivales, primero con resultados decepcionantes junto a McLaren y luego con éxito junto a Red Bull.

Tras el Gran Premio de Arabia Saudí, los integrantes de la Comisión de F1 acordaron crear un mecanismo para fomentar esa igualdad de oportunidades. Aunque todavía no se han concretado todos los detalles, la idea es introducir un sistema escalonado que regule los permisos para realizar pruebas en banco, así como posibles modificaciones en los límites presupuestarios, dependiendo del rendimiento y la fiabilidad del motor. Esta propuesta seguiría una lógica similar a la que ya se utiliza en el área aerodinámica, donde los equipos con mejores resultados disponen de menos tiempo de desarrollo que aquellos que están por detrás.
Equilibrio entre innovación e igualdad
“La FIA actúa como árbitro en estas discusiones, intentando proteger la equidad sin frenar la innovación”, concluyó Tombazis. “Pero la tensión entre control presupuestario y libertad técnica está siempre presente, y no es fácil encontrar un punto medio”.
Con las nuevas reglas de 2026 a la vista, la Fórmula 1 se enfrenta a uno de sus mayores desafíos: renovar su tecnología sin sacrificar la igualdad y la emoción del campeonato.