El preocupante momento de Hamilton con Ferrari
Habiendo finalizado el Gran Premio de Miami, los cruces por radio de Hamilton desvelan la tensión en su comienzo con Ferrari y dejan lecciones para el futuro.

Necesidad desesperada por mejoras

El SF-25 es un coche que, para las aspiraciones al título, nació muerto. Con pocas virtudes y numerosos defectos, el monoplaza difícilmente está para luchar por podios, más lejos aún luchar por el campeonato. Ante esto, pedirles más a los pilotos se convierte en una cuestión un poco injusta, pero no injustificable.
Ferrari planea un paquete de mejoras para Imola, como lo hemos comentado previamente, buscando revertir la situación frente a sus exigentes fanáticos en casa. Pero, más que revertir, las mejoras ahora lucen como meros paliativos para buscar sobrevivir en la lucha y no caer más bajo, mientras Williams cada vez más se pone a pulso de los de Maranello y con la latente amenaza de los equipos de la zona media, la situación en Ferrari comienza a ser muy preocupante.
En este sentido, la actual Fórmula 1 limita las individualidades de los pilotos al rendimiento del coche. Siendo que, sin tener un monoplaza que sirva para lo que se espera, que la exigencia para Ferrari debería ser ganar, poco más se puede hacer. Peor aún si el auto no se acopla a lo que el piloto desea, la ventana de posibilidades se reduce y es lo que está pasando entre el SF-25 y el veterano, Lewis Hamilton.
Aunque las excusas valgan poco para un siete veces campeón del mundo, más allá del rendimiento del SF-25, pueden existir más razones y crecientes tensiones que estén perjudicando el comienzo del británico en la estructura italiana y den respuesta a una negativa tendencia en lo que se ha corrido de la temporada.
La razón de ser de Hamilton en Ferrari

Cuándo Lewis Hamilton arribó a Ferrari, más allá de lo históricamente trascendental del suceso (como si fuese poco), se abrió un debate que a simple vista parece poco serio, ¿Ferrari despidió al piloto equivocado? Pero, esta interrogante puede ser el punto de partida para una pregunta más osada, ¿Por qué contrató Ferrari a Lewis Hamilton?, o lo que realmente busca responder a si realmente era necesario el heptacampeón en el equipo. Pese a lo incuestionable que suena traer a Lewis Hamilton al equipo, cabe preguntarse si era una necesidad o un soberbio capricho de los tifosi para reivindicar su estatus como escudería.
Comparar el nivel, valor, legado, importancia e impacto de Carlos Sainz y Lewis Hamilton no es posible, pero en cuanto a los roles que cada uno desempeñaba, es algo que puede plantearse. El español mantenía una dinámica donde, pese a no ser siempre así, era el escudero del líder del proyecto, Charles Leclerc. Al acabarse esta asociación y llegar Hamilton, la dinámica estaba clara: ambos buscarían ganarlo todo, mientras sea posible.
Pese a que se busca impulsar el compañerismo y trabajo en equipo en los equipos de la parrilla de cara al espectador, los pilotos están para ser lo más rápido que puedan y a decir verdad, su trabajo depende totalmente de ello y no de qué tan buen compañeros de equipo puedan ser (salvo contadas excepciones). Por lo que, con los antecedentes de ambos pilotos, el trabajo en equipo de Hamilton y Leclerc existiría lo que los Grandes Premios de ‘luna de miel’ durasen, y tal parece que ha llegado a su fin.
El fin de la ‘luna de miel’ en Maranello

Habiendo empacado tras la última cita en Miami y con dirección a la casa de los tifosi en Imola, Ferrari y sus pilotos se llevan consigo lecciones para el futuro. Además, Hamilton deja una clara declaración de intenciones para el futuro de su asociación con los tifosi, “No me voy a disculpar por ser haber luchado. No me disculparé por haberlo intentado”.
“¿Quieres que me quede aquí sentado toda la carrera? Esto no es un buen trabajo de equipo, es todo lo que voy a decir”, decía Hamilton ante el pedido del equipo de permanecer detrás de Leclerc, no siendo la primera vez que un cruce tenso se daba entre el piloto y Ricardo Adami. “En China me quité de en medio”, “Tómate un té mientras estás en ello” eran las palabras del piloto cuando había que intercambiar posiciones. Finalmente, el equipo volvió a exigir un intercambio de posiciones en los últimos compases de carrera lo que provocó una tensa y sarcástica declaración de Lewis, “¿También queréis que lo deje pasar?”, al tener muy cerca a Sainz a la hora de intercambiar posiciones.
Ferrari se equivocó en las decisiones, o en la falta de ellas, durante la carrera lo que, junto a un gran ritmo, permitió que los Williams estuviesen por delante. Las declaraciones de Lewis van más allá de solo comentarios durante la carrera, es un mensaje al equipo y a los espectadores que algo no está bien en Ferrari y que el piloto no está cómodo ni de acuerdo con el accionar del equipo. Cuestionable o no, Hamilton no ha dado el nivel esperado ni Ferrari ha estado de acuerdo a las expectativas.
Y algo es seguro, habiendo acabado el GP de Miami, con la resaca del mal resultado en carrera, la ‘luna de miel’ entre Ferrari y Hamilton ha acabado y en el Gran Premio de casa, en la Emillia Romagna, las cosas puede que no estén del todo subsanadas y de no tratarse bien las tensiones no harán más que aumentar.